viernes, 5 de febrero de 2016

Tantágora nº11 Otoño 2010

NARRAR SOBRE EL PAPEL Roberto Mezquita Arnaiz*

Lo importante es que se sigan contando historias. El cerebro humano está hecho para historias más que para enciclopedias o información digital. Jostein Gardneer

A menudo es objeto de comentario entre las personas que nos dedicamos a la narración oral el hecho de que nuestro oficio no disfruta del reconocimiento social y artístico que mereciera. Si se trata de apuntar algunas de las razones por las que esto puede suceder, las primeras que me vienen a la mente tendrían que ver con el hecho de que la narración de cuentos es una actividad asociada mayoritariamente con el público infantil y esto incomprensiblemente, suele significar para muchos una consideración menor dentro del espectro artístico. No se me oculta por otro lado que algunas de las sesiones de cuentos que se celebran por “esos mundos de dios” pudieran adolecer de una calidad que no supera ciertos mínimos de dignidad artística y/o creativa; lo cual a ojos de cierta parte del público y programadores colocaría por definición en “las tinieblas exteriores” todo lo relacionado con nuestro oficio. Creo además que en algunas ocasiones “el hecho de narrar” tiene que desenvolverse en situaciones de dificultad objetiva, relacionada con el aforo, la sonoridad, las características y el comportamiento del público,… situaciones que abocarían una sesión de cuentos hacia un resultado poco airoso; tratándose este de un asunto en el que aún nos queda mucho por reivindicar y conseguir. Pudiera tenerse la falsa impresión de que es el nuestro un arte “fácil” y al alcance de cualquiera que tuviera cierto desparpajo e inquietud para presentarse ante el público con una propuesta más o menos trabajada; pero creo que afortunadamente la realidad y la experiencia van desenmascarando poco a poco a impostores y advenedizos, recordándonos la necesidad de elaborar, cuestionar y profundizar cualquiera de nuestras propuestas de partida; amén de tener la capacidad de cambiarlas sobre la marcha, dependiendo de las circunstancias que se nos presenten. Creo que nuestra profesión está necesitando de proposiciones y realidades de calidad, que puedan “poner sobre la mesa” toda la maravilla, la magia y la potencia que los cuentos y su narración encierran, de cara a que este arte milenario que tenemos entre manos y cuerdas vocales pueda alcanzar el gran aprecio que merece. Y mi opinión sincera es que muchas de esas proposiciones y realidades ya están pudiendo ser admiradas en los foros más diversos. UN MOTIVO DE ORGULLO Quiero pues desde estas líneas referirme a una realidad importante de nuestro oficio, que sin tener que ver en principio de manera directa con el hecho de narrar oralmente, si que deviene de algunos nuestros procesos creativos y que está mostrando de manera fehaciente y desde hace algunos años el talento y la importancia de nuestro colectivo. Y esta realidad, no es otra que la de constatar la gran cantidad de obras escritas debidas a narradoras y narradores orales que el mercado editorial está sacando a la luz en estos últimos diez años. Pero no debemos hablar sólo de cantidad, ya que el asunto puede muy bien lustrarse haciendo un breve resumen de algunos de los últimos premios literarios conseguidos por el movimiento de narración oral en España: Pep Bruno ganó en 2009 el “IV Concurso Internacional del Album Infantil del Cabildo de Gran Canaria” con Un loro en mi granja (ilustrado por Lucié Mullerova y editado por Edelvives) e igualmente y ya en 2010 el “III Premio Internacional Compostela para Albumes Ilustrados” con La Familia C que dibujó Mariona Cabassa para Kalandraka. En este mismo año, Mª Reyes Guijarro (ilustradora) y Mercedes Carrión (escritora del texto); ambas narradoras orales, han merecido una Mención Especial del Jurado en el V Premio internacional del mencionado Cabildo de Gran Canaria por Nanas para las niñas de mis ojos. Ana Cristina Herreros mereció con su Libro de monstruos españoles (editado por Siruela con ilustraciones de Jesús Gabán) el galardón por parte del Gremio de Editores como el libro mejor editado en el 2009. Pablo Albo recogió una excelente cosecha en el 2008 al ganar el preciado “Lazarillo” con su Diógenes, además de el “Vila d´Ibi de Narrativa Infantil” por Marabajo y el “XIII Leer es vivir” con ¿Rinoceronte? ¿Qué Rinoceronte?. A su vez, Ignacio Sanz ha obtenido recientemente el “XXI Ala Delta de Literatura Infantil” por Una vaca, dos niños, trescientos ruiseñores; mientras Antonio Rodríguez Almodóvar recibió con El bosque de los sueños el Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil 2005 concedido por el Ministerio de Cultura. Y si se me permite ir un poco más lejos en el tiempo creo que es de ley recordar que el propio Almodóvar ya obtuvo ese mismo galardón, en este caso al libro mejor editado por sus conocidos Cuentos al amor de la lumbre (I y II) en el 85; mientras que el valenciano Carles Cano (uno de los nombres de referencia en estas lides) cosechó también el 94 el Lazarillo por Te pillé Caperucita, y en los dos años posteriores, tanto el White Raven de la Biblioteca de Munich, como el Samaruc, ofrecido por la Asociación de Bibliotecarios Valencianos. Me parece que todo lo apuntado y enumerado en las líneas anteriores represen ta de por si, un valioso patrimonio a considerar y en su caso, a exhibir como galardón y riqueza de nuestro oficio. RECONTANDO QUE ES GERUNDIO E s por ello que en los párrafos posteriores trataré de hacer una pequeña semblanza de lo conseguido a la vez que citar a al mayor número de l@s autoras/es de este país que siendo narradores orales han venido editando sus obras en el periodo que va del 2.000 al 2.010. Vendré a referirme sobre todo a álbumes infantiles y a colecciones de cuentos destinadas a público adolescente/ juvenil; pero ocasional e inevitablemente también me saltaré los mentados criterios geográficos, temporales y genéricos. Avisadas quedan “vuesas mercedes”. Tres de los artistas ya citados; Carles Cano, Antonio R. Almodóvar e Ignacio Sanz, junto con Roser Ros (reciente ganadora del Premio de Cultura Popular en Cataluña) y Montserrat del Amo (nominada por dos veces al Premio Andersen); podrían citarse tanto por su veteranía como por la calidad y cantidad de sus obras como la avanzadilla de esta grey de narradores orales que publican sus obras. Hay que ir apuntando como primer dato, que en esta última década, se ha producido una sensible incorporación de narradoras/es orales a la nómina de determinadas editoriales y en un número que se esta acercando ya a la treintena. Algunas y algunos de ellos han irrumpido además con fuerza y regularidad en el mercado librero, pues si tomamos como criterio el hecho de tener publicadas ya en torno a las diez obras, podríamos citar en esta condición a narradores como Pablo Albo, Paula Carballeira, Pep Bruno, Ana C. Herreros o Rafa Ordóñez; siendo además que alguno de ellos supera de largo esa cifra. Si establecemos la pauta de contar en el mercado con al menos tres o más libros, tendríamos que citar a Paula Carbonell, Felix Albo, Ana G.Castellanos, Vicente Cortés, José Campanari, Gonzalo García “Darabuc, Margarita del Mazo o J.M de Prada-Samper. RECOPILANDO Y RECREANDO EL REPERTORIO TRADICIONAL Resulta evidente el enorme peso que la cuentística de origen popular y/ o tradicional tiene en gran parte de las obras que los narradores han ido editando. Y no es de extrañar, pues son artistas que se mueven de manera permanente en torno al mundo de los cuentos. Los leen, los comparan, los analizan, los buscan, los transforman, los respiran, los disfrutan, los sueñan, los añoran, los cuentan…siendo para muchos de ellas y ellos una referencia fundamental en su trabajo los repertorios tradicionales de todo el mundo. De manera natural y como fruto de sus tareas cotidianas algunos de ellos se han convertido en recopiladores y ahí tenemos entre otros los casos de Ana C. Herreros (con sus Cuentos del Mediterráneo, los cuentos populares de miedo o el mentado de monstruos), J. M de Prada Samper (cuentos irlandeses, escoceses, bosquimanos…) o Carmen Ibarlucea (que bucea entre los cuentos del mundo para fomentar valores positivos). Dentro de este terreno, es absolutamente reseñable la labor de aquellos narradores orales que han recopilado sus historias desde el denominado “trabajo de campo”, recogiendo presencialmente las historias seleccionadas de labios de diversos informantes. Este es el caso por un lado de Vicente Cortés, que bajo el nombre de El tio paragüero ha cosechado ya tres volúmenes que recogen todo tipo de expresiones orales de la valenciana comarca de La Serranía. Y por otro de J. Ignacio Pérez y Ana María Martínez, miembros del colectivo Litoral de Algeciras (Cádiz), que en medio de un estupendo trabajo han sacado a la luz diversos volúmenes con cuentos, leyendas y adivinanzas que tienen su origen en el Campo de Gibraltar. Cabe indicar como colofón de este territorio oral, que una parte reseñable de lo editado por los narradores tiene que ver con versiones propias de cuentos tradicionales, convertidas a menudo en álbumes infantiles. Y por supuesto que hay muchas obras que tienen un carácter totalmente original y que son de autoría propia; pero creo que incluso en esos casos, la práctica del oficio oral tiene su impronta en la manera de abordar la narración escrita y que esta no resulta ajena a ciertos modos y estructuras empleados al contar ante el público (algunas de las cuáles tienen unas largas raíces en el tiempo). En muchos casos, un primer texto destinado a su publicación, ha ido puliéndose y encontrando una versión satisfactoria, a fuerza de ser contado ante el público y es esta una posibilidad que prácticamente sólo está al alcance de las y los que narramos oralmente. Todo ello puede quedar bien resumido en unas palabras de Pep Bruno en las que de manera ilustrativa afirmaba: “Lo que pasa es que nosotros tenemos muy desarrollado el músculo de contar y se puede decir, que cuando escribimos, lo hacemos con la boca”. SACANDO A LA LUZ Revisando el panorama editorial de este país, encontramos que hay una serie de editoriales que por unas u otras razones han estado prestando cierta atención a las propuestas llegadas desde las narradoras y narradores orales y estas serían entre otras Oqo, Kalandraka, y Mil y un cuentos. Revisando someramente el fondo de dichas editoriales (y sabiendo que hay un buen número de obras pendientes de edición en este 2010) encontramos que en la editorial Oqo han editado hasta la fecha diez narradores orales con un número de libros que supera la veintena. Por su parte Kalandraka, contiene quince obras debidas a ocho narradores. Más incipiente en el tiempo es la labor de Mil y un cuentos responsable por el momento de editar a cinco artistas, pero (creo) con ganas de seguir transitando ese camino. Una realidad aparte y digna de todas las menciones la constituye la editorial alcarreña Palabras del Candil que dirige Pep Bruno. Se trata de un proyecto específico pensando desde un principio para materializar libros de y para narradores orales. Dentro de sus colecciones cuenta con Tierra Oral, dedicada a las colecciones de cuentos tradicionales (Murcia, Guadalajara, Persia, Sicilia, …); En Teoría, que recoge manuales y ensayos, Biblioteca de ratones, pensada para los álbumes infantiles o Escrito en el aire, que recoge cuentos para público adulto. Entre lo editado y lo previsto para este año pronto alcanzaran cuarenta referencias, que competen a más de una decena de narradores. ENSAYO Y MANUALES DEL OFICIO El volumen de obras editadas que se corresponden con el epígrafe que encabeza estas líneas podría juzgarse como escaso, pero creo que conviene recordar que el movimiento de neo-narración oral en España tiene una edad catalogable como de adolescente-joven; pues dependiendo de diversos criterios y de las distintas regiones españolas, se puede cifrar entre los quinceveinticinco años. Más en este tiempo, creo que se han dado algunos pasos firmes para afianzar el oficio, como serían la celebración de los Encuentros anuales (este año cumplieron su sexta edición), el nacimiento de diversas asociaciones repartidas por todo el territorio (su número se acerca a la decena), la profesionalización de un buen número de compañeros, la pervivencia de determinadas programaciones y/ o proyectos (sin ir más lejos esta Tantágora desde la que os escribo) Pero retomando el hilo de este apartado, creo que hay un buen ramillete de obras a consignar. En el terreno de los llamados manuales o guías, podemos consignar los siguientes: Contar con las palabras de Estrella Ortiz, seguramente el primero escrito por una neo-narradora española y convertido casi en un clásico (editado en su día por Ñaque y reeditado el año pasado por Palabras del Candil), El placer de escuchar de J. Ignacio Pérez y Ana María Martínez, que se define como Guía para dinamizar la literatura oral en Andalucía, ¿Qué podemos hacer para contar un cuento? de Ana C. Herreros en Centro de Innovación Educativa, Los secretos del cuentacuentos de Beatriz Montero en CCS o la participación de Félix Albo en el volumen colectivo El cuento como instrumento para el desarrollo de la creatividad artística, editado por el Ministerio de Educación y ciencia. Podemos anunciar además que desde Palabras del Candil se preve la edición en un tiempo más o menos de breve de El cuentista y el imaginario de Pepito Mateo, de Guía para narradores principiantes o de una selección de artículos sobre narración oral a cargo de Marina SanFilippo. Es precisamente en esta última narradora italiana afincada en España en la que nos apoyamos para cruzar hacia el territorio del ensayo, pues a ella es debida una de las obras fundamentales y pioneras sobre nuestro movimiento contemporáneo: El Renacimiento de la narración oral en Italia y España (Fundación Universitaria Española) en el que reseña, analiza y compara la historia del arte de contar cuentos en el tramo que va desde el 1985 al 2005. Y por supuesto que debemos considerar un par de referencias, la deliciosa, Una vida de cuento del camerunés residente en España Boniface Ofogo (Ministerio de Educación y Ciencia) en la que además de contarnos sus experiencias en el mundo de la oralidad desde su aldea hasta grandes escenarios, nos deja algunas reflexiones teóricas sobre el arte de narrar y el El pájaro que canta el bien y el mal: la vida y los cuentos tradicionales de Azcaria Prieto (1883-1870) (Lengua de Trapo, 2004) en la que José Manuel de Prada-Samper (sin duda uno de los principales investigadores y ensayistas relacionados con el movimiento de narración oral de nuestro país) firma una obra ejemplar a medio camino entre la historia oral, la reconstrucción histórica, el relato de viajes y la biografía. RECUENTO Aunque sus nombres no han aparecido hasta ahora en estas páginas quisiera citar a algunos otros de las narradores orales que igualmente han visto editadas sus obras en esta última década: Alberto Sebastián, Cristina Mirinda, Carlos Alba, Charo Pita, Grupo Halka, Juan Pedro Romera, Mª Angels Gil, Monika Klose, Pepe Maestro, Aldo Méndez y Maricuela. Una de mis fantasías es poder algún día contar con un catálogo que recoja todas las obras que narradoras y narradores han ido escribiendo desde el año 2000 y que pudiera ser corregida y aumentada cada cierto tiempo. Podría pensarse en una edición en papel, pero creo que también podríamos plegarnos a las nuevas tecnologías. Dejo en el aire dicha posibilidad, esperando que pueda ser concretada. NOTA FINAL El objetivo de este artículo era mostrar una sencilla panorámica de la obra escrita por l@s narradoras/es orales en España en esta última década. Hay aspectos que merecieran sin duda ser estudiados y profundizados y de los que seguramente se podrían extraer interesantes conclusiones; más no era este el tiempo ni el lugar. El autor es un humilde narrador oral y pide disculpas de antemano por los olvidos y los errores que haya podido cometer, más aduce en su defensa su buena voluntad y el hecho de que no resulta en absoluto sencillo conseguir ni sistematizar toda la cantidad de datos e información que el asunto genera.

*Narrador oral y poeta. Coordinador de la revista Interfolk (www.interfolk.net). A lo largo del 2011 año, verá editadas por OQO sus obras El Gallo Traganueces y La vieja en la botella, sendas versiones de cuentos de tradición oral. Para cualquier tipo de comunicación con el autor, podéis dirigiros a: heyokamez@hotmail.com

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