NARRAR SOBRE EL PAPEL
Roberto Mezquita Arnaiz*
Lo importante es que se sigan contando historias. El cerebro humano está hecho para
historias más que para enciclopedias o información digital. Jostein Gardneer
A menudo es objeto de comentario entre las personas que nos dedicamos a la
narración oral el hecho de que nuestro oficio no disfruta del reconocimiento
social y artístico que mereciera. Si se trata de apuntar algunas de las razones
por las que esto puede suceder, las primeras que me vienen a la mente
tendrían que ver con el hecho de que la narración de cuentos es una actividad
asociada mayoritariamente con el público infantil y esto incomprensiblemente,
suele significar para muchos una consideración menor dentro del espectro
artístico. No se me oculta por otro lado que algunas de las sesiones de cuentos
que se celebran por “esos mundos de dios” pudieran adolecer de una calidad
que no supera ciertos mínimos de dignidad artística y/o creativa; lo cual a ojos
de cierta parte del público y programadores colocaría por definición en “las
tinieblas exteriores” todo lo relacionado con nuestro oficio. Creo además que
en algunas ocasiones “el hecho de narrar” tiene que desenvolverse en
situaciones de dificultad objetiva, relacionada con el aforo, la sonoridad, las
características y el comportamiento del público,… situaciones que abocarían
una sesión de cuentos hacia un resultado poco airoso; tratándose este de un
asunto en el que aún nos queda mucho por reivindicar y conseguir.
Pudiera tenerse la falsa impresión de que es el nuestro un arte “fácil” y al
alcance de cualquiera que tuviera cierto desparpajo e inquietud para
presentarse ante el público con una propuesta más o menos trabajada; pero
creo que afortunadamente la realidad y la experiencia van desenmascarando
poco a poco a impostores y advenedizos, recordándonos la necesidad de
elaborar, cuestionar y profundizar cualquiera de nuestras propuestas de
partida; amén de tener la capacidad de cambiarlas sobre la marcha,
dependiendo de las circunstancias que se nos presenten.
Creo que nuestra profesión está necesitando de proposiciones y realidades de
calidad, que puedan “poner sobre la mesa” toda la maravilla, la magia y la
potencia que los cuentos y su narración encierran, de cara a que este arte
milenario que tenemos entre manos y cuerdas vocales pueda alcanzar el gran
aprecio que merece. Y mi opinión sincera es que muchas de esas
proposiciones y realidades ya están pudiendo ser admiradas en los foros más
diversos.
UN MOTIVO DE ORGULLO
Quiero pues desde estas líneas referirme a una realidad importante de nuestro
oficio, que sin tener que ver en principio de manera directa con el hecho de
narrar oralmente, si que deviene de algunos nuestros procesos creativos y que
está mostrando de manera fehaciente y desde hace algunos años el talento y
la importancia de nuestro colectivo. Y esta realidad, no es otra que la de
constatar la gran cantidad de obras escritas debidas a narradoras y narradores
orales que el mercado editorial está sacando a la luz en estos últimos diez
años.
Pero no debemos hablar sólo de cantidad, ya que el asunto puede muy bien
lustrarse haciendo un breve resumen de algunos de los últimos premios
literarios conseguidos por el movimiento de narración oral en España: Pep
Bruno ganó en 2009 el “IV Concurso Internacional del Album Infantil del
Cabildo de Gran Canaria” con Un loro en mi granja (ilustrado por Lucié
Mullerova y editado por Edelvives) e igualmente y ya en 2010 el “III Premio
Internacional Compostela para Albumes Ilustrados” con La Familia C que dibujó
Mariona Cabassa para Kalandraka. En este mismo año, Mª Reyes Guijarro
(ilustradora) y Mercedes Carrión (escritora del texto); ambas narradoras
orales, han merecido una Mención Especial del Jurado en el V Premio
internacional del mencionado Cabildo de Gran Canaria por Nanas para las
niñas de mis ojos. Ana Cristina Herreros mereció con su Libro de monstruos
españoles (editado por Siruela con ilustraciones de Jesús Gabán) el galardón
por parte del Gremio de Editores como el libro mejor editado en el 2009. Pablo
Albo recogió una excelente cosecha en el 2008 al ganar el preciado “Lazarillo”
con su Diógenes, además de el “Vila d´Ibi de Narrativa Infantil” por Marabajo y
el “XIII Leer es vivir” con ¿Rinoceronte? ¿Qué Rinoceronte?. A su vez, Ignacio
Sanz ha obtenido recientemente el “XXI Ala Delta de Literatura Infantil” por Una
vaca, dos niños, trescientos ruiseñores; mientras Antonio Rodríguez
Almodóvar recibió con El bosque de los sueños el Premio Nacional de
Literatura Infantil y Juvenil 2005 concedido por el Ministerio de Cultura. Y si se
me permite ir un poco más lejos en el tiempo creo que es de ley recordar que el
propio Almodóvar ya obtuvo ese mismo galardón, en este caso al libro mejor
editado por sus conocidos Cuentos al amor de la lumbre (I y II) en el 85;
mientras que el valenciano Carles Cano (uno de los nombres de referencia en
estas lides) cosechó también el 94 el Lazarillo por Te pillé Caperucita, y en los
dos años posteriores, tanto el White Raven de la Biblioteca de Munich, como el
Samaruc, ofrecido por la Asociación de Bibliotecarios Valencianos.
Me parece que todo lo apuntado y enumerado en las líneas anteriores represen
ta de por si, un valioso patrimonio a considerar y en su caso, a exhibir como
galardón y riqueza de nuestro oficio.
RECONTANDO QUE ES GERUNDIO
E s por ello que en los párrafos posteriores trataré de hacer una pequeña
semblanza de lo conseguido a la vez que citar a al mayor número de l@s
autoras/es de este país que siendo narradores orales han venido editando sus
obras en el periodo que va del 2.000 al 2.010. Vendré a referirme sobre todo a
álbumes infantiles y a colecciones de cuentos destinadas a público
adolescente/ juvenil; pero ocasional e inevitablemente también me saltaré los
mentados criterios geográficos, temporales y genéricos. Avisadas quedan
“vuesas mercedes”.
Tres de los artistas ya citados; Carles Cano, Antonio R. Almodóvar e Ignacio
Sanz, junto con Roser Ros (reciente ganadora del Premio de Cultura Popular
en Cataluña) y Montserrat del Amo (nominada por dos veces al Premio
Andersen); podrían citarse tanto por su veteranía como por la calidad y
cantidad de sus obras como la avanzadilla de esta grey de narradores orales
que publican sus obras. Hay que ir apuntando como primer dato, que en esta
última década, se ha producido una sensible incorporación de narradoras/es
orales a la nómina de determinadas editoriales y en un número que se esta
acercando ya a la treintena. Algunas y algunos de ellos han irrumpido además
con fuerza y regularidad en el mercado librero, pues si tomamos como criterio
el hecho de tener publicadas ya en torno a las diez obras, podríamos citar en
esta condición a narradores como Pablo Albo, Paula Carballeira, Pep Bruno,
Ana C. Herreros o Rafa Ordóñez; siendo además que alguno de ellos supera
de largo esa cifra. Si establecemos la pauta de contar en el mercado con al
menos tres o más libros, tendríamos que citar a Paula Carbonell, Felix Albo,
Ana G.Castellanos, Vicente Cortés, José Campanari, Gonzalo García
“Darabuc, Margarita del Mazo o J.M de Prada-Samper.
RECOPILANDO Y RECREANDO EL REPERTORIO TRADICIONAL
Resulta evidente el enorme peso que la cuentística de origen popular y/ o
tradicional tiene en gran parte de las obras que los narradores han ido
editando. Y no es de extrañar, pues son artistas que se mueven de manera
permanente en torno al mundo de los cuentos. Los leen, los comparan, los
analizan, los buscan, los transforman, los respiran, los disfrutan, los sueñan, los
añoran, los cuentan…siendo para muchos de ellas y ellos una referencia
fundamental en su trabajo los repertorios tradicionales de todo el mundo. De
manera natural y como fruto de sus tareas cotidianas algunos de ellos se han
convertido en recopiladores y ahí tenemos entre otros los casos de Ana C.
Herreros (con sus Cuentos del Mediterráneo, los cuentos populares de miedo o
el mentado de monstruos), J. M de Prada Samper (cuentos irlandeses,
escoceses, bosquimanos…) o Carmen Ibarlucea (que bucea entre los cuentos
del mundo para fomentar valores positivos). Dentro de este terreno, es
absolutamente reseñable la labor de aquellos narradores orales que han
recopilado sus historias desde el denominado “trabajo de campo”, recogiendo
presencialmente las historias seleccionadas de labios de diversos informantes.
Este es el caso por un lado de Vicente Cortés, que bajo el nombre de El tio
paragüero ha cosechado ya tres volúmenes que recogen todo tipo de
expresiones orales de la valenciana comarca de La Serranía. Y por otro de J.
Ignacio Pérez y Ana María Martínez, miembros del colectivo Litoral de
Algeciras (Cádiz), que en medio de un estupendo trabajo han sacado a la luz
diversos volúmenes con cuentos, leyendas y adivinanzas que tienen su origen
en el Campo de Gibraltar. Cabe indicar como colofón de este territorio oral, que
una parte reseñable de lo editado por los narradores tiene que ver con
versiones propias de cuentos tradicionales, convertidas a menudo en álbumes
infantiles.
Y por supuesto que hay muchas obras que tienen un carácter totalmente
original y que son de autoría propia; pero creo que incluso en esos casos, la
práctica del oficio oral tiene su impronta en la manera de abordar la narración
escrita y que esta no resulta ajena a ciertos modos y estructuras empleados al
contar ante el público (algunas de las cuáles tienen unas largas raíces en el
tiempo). En muchos casos, un primer texto destinado a su publicación, ha ido
puliéndose y encontrando una versión satisfactoria, a fuerza de ser contado
ante el público y es esta una posibilidad que prácticamente sólo está al
alcance de las y los que narramos oralmente.
Todo ello puede quedar bien resumido en unas palabras de Pep Bruno en las
que de manera ilustrativa afirmaba: “Lo que pasa es que nosotros tenemos
muy desarrollado el músculo de contar y se puede decir, que cuando
escribimos, lo hacemos con la boca”.
SACANDO A LA LUZ
Revisando el panorama editorial de este país, encontramos que hay una serie
de editoriales que por unas u otras razones han estado prestando cierta
atención a las propuestas llegadas desde las narradoras y narradores orales y
estas serían entre otras Oqo, Kalandraka, y Mil y un cuentos.
Revisando someramente el fondo de dichas editoriales (y sabiendo que hay un
buen número de obras pendientes de edición en este 2010) encontramos que
en la editorial Oqo han editado hasta la fecha diez narradores orales con un
número de libros que supera la veintena. Por su parte Kalandraka, contiene
quince obras debidas a ocho narradores. Más incipiente en el tiempo es la
labor de Mil y un cuentos responsable por el momento de editar a cinco
artistas, pero (creo) con ganas de seguir transitando ese camino.
Una realidad aparte y digna de todas las menciones la constituye la editorial
alcarreña Palabras del Candil que dirige Pep Bruno. Se trata de un proyecto
específico pensando desde un principio para materializar libros de y para
narradores orales. Dentro de sus colecciones cuenta con Tierra Oral, dedicada
a las colecciones de cuentos tradicionales (Murcia, Guadalajara, Persia, Sicilia,
…); En Teoría, que recoge manuales y ensayos, Biblioteca de ratones,
pensada para los álbumes infantiles o Escrito en el aire, que recoge cuentos
para público adulto. Entre lo editado y lo previsto para este año pronto
alcanzaran cuarenta referencias, que competen a más de una decena de
narradores.
ENSAYO Y MANUALES DEL OFICIO
El volumen de obras editadas que se corresponden con el epígrafe que
encabeza estas líneas podría juzgarse como escaso, pero creo que conviene
recordar que el movimiento de neo-narración oral en España tiene una edad
catalogable como de adolescente-joven; pues dependiendo de diversos
criterios y de las distintas regiones españolas, se puede cifrar entre los quinceveinticinco
años. Más en este tiempo, creo que se han dado algunos pasos
firmes para afianzar el oficio, como serían la celebración de los Encuentros
anuales (este año cumplieron su sexta edición), el nacimiento de diversas
asociaciones repartidas por todo el territorio (su número se acerca a la
decena), la profesionalización de un buen número de compañeros, la
pervivencia de determinadas programaciones y/ o proyectos (sin ir más lejos
esta Tantágora desde la que os escribo)
Pero retomando el hilo de este apartado, creo que hay un buen ramillete de
obras a consignar. En el terreno de los llamados manuales o guías, podemos
consignar los siguientes: Contar con las palabras de Estrella Ortiz,
seguramente el primero escrito por una neo-narradora española y convertido
casi en un clásico (editado en su día por Ñaque y reeditado el año pasado por
Palabras del Candil), El placer de escuchar de J. Ignacio Pérez y Ana María
Martínez, que se define como Guía para dinamizar la literatura oral en
Andalucía, ¿Qué podemos hacer para contar un cuento? de Ana C. Herreros
en Centro de Innovación Educativa, Los secretos del cuentacuentos de Beatriz
Montero en CCS o la participación de Félix Albo en el volumen colectivo El
cuento como instrumento para el desarrollo de la creatividad artística, editado
por el Ministerio de Educación y ciencia.
Podemos anunciar además que desde Palabras del Candil se preve la edición
en un tiempo más o menos de breve de El cuentista y el imaginario de Pepito
Mateo, de Guía para narradores principiantes o de una selección de artículos
sobre narración oral a cargo de Marina SanFilippo. Es precisamente en esta
última narradora italiana afincada en España en la que nos apoyamos para
cruzar hacia el territorio del ensayo, pues a ella es debida una de las obras
fundamentales y pioneras sobre nuestro movimiento contemporáneo: El
Renacimiento de la narración oral en Italia y España (Fundación Universitaria
Española) en el que reseña, analiza y compara la historia del arte de contar
cuentos en el tramo que va desde el 1985 al 2005. Y por supuesto que
debemos considerar un par de referencias, la deliciosa, Una vida de cuento del
camerunés residente en España Boniface Ofogo (Ministerio de Educación y
Ciencia) en la que además de contarnos sus experiencias en el mundo de la
oralidad desde su aldea hasta grandes escenarios, nos deja algunas
reflexiones teóricas sobre el arte de narrar y el El pájaro que canta el bien y el
mal: la vida y los cuentos tradicionales de Azcaria Prieto (1883-1870) (Lengua
de Trapo, 2004) en la que José Manuel de Prada-Samper (sin duda uno de los
principales investigadores y ensayistas relacionados con el movimiento de
narración oral de nuestro país) firma una obra ejemplar a medio camino entre la
historia oral, la reconstrucción histórica, el relato de viajes y la biografía.
RECUENTO
Aunque sus nombres no han aparecido hasta ahora en estas páginas quisiera
citar a algunos otros de las narradores orales que igualmente han visto
editadas sus obras en esta última década: Alberto Sebastián, Cristina
Mirinda, Carlos Alba, Charo Pita, Grupo Halka, Juan Pedro Romera, Mª
Angels Gil, Monika Klose, Pepe Maestro, Aldo Méndez y Maricuela.
Una de mis fantasías es poder algún día contar con un catálogo que recoja
todas las obras que narradoras y narradores han ido escribiendo desde el año
2000 y que pudiera ser corregida y aumentada cada cierto tiempo. Podría
pensarse en una edición en papel, pero creo que también podríamos plegarnos
a las nuevas tecnologías. Dejo en el aire dicha posibilidad, esperando que
pueda ser concretada.
NOTA FINAL
El objetivo de este artículo era mostrar una sencilla panorámica de la obra
escrita por l@s narradoras/es orales en España en esta última década. Hay
aspectos que merecieran sin duda ser estudiados y profundizados y de los que
seguramente se podrían extraer interesantes conclusiones; más no era este el
tiempo ni el lugar. El autor es un humilde narrador oral y pide disculpas de
antemano por los olvidos y los errores que haya podido cometer, más aduce en
su defensa su buena voluntad y el hecho de que no resulta en absoluto sencillo
conseguir ni sistematizar toda la cantidad de datos e información que el asunto
genera.
*Narrador oral y poeta. Coordinador de la revista Interfolk
(www.interfolk.net).
A lo largo del 2011 año, verá editadas por OQO sus obras El Gallo
Traganueces y La vieja en la botella, sendas versiones de cuentos
de tradición oral.
Para cualquier tipo de comunicación con el autor, podéis dirigiros a:
heyokamez@hotmail.com